miércoles, 23 de septiembre de 2015

Cuando parece que Dios no te escucha

EVANGELIO Mateo 15, 21-28 "Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: “Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Pero Él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”. Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: “Señor, socórreme!”. Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”. Ella respondió: “Y, sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”. Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!”. Y en ese momento su hija quedó sana." Palabra del Señor El nacionalismo judío les hacía tratar a los extranjeros de una forma despectiva, les decían "perros". Jesús demostró a lo largo de su vida pública su disponibilidad para con ellos. Una forma distinta de actuar se manifiesta en este caso. Ante la petición de la mujer, Jesús, quien es reconocido por ella como el mesías "Hijo de David", guarda silencio. Ante la insistencia de los apóstoles, Jesús aclara que los destinatarios principales de su misión no son los extranjeros. Ante una segunda súplica de la mujer, Jesús utiliza el calificativo que se les daba a los extranjeros aunque en diminutivo: "perritos" (cachorros en esta benévola traducción), para otra vez excusarse ante la petición. La respuesta de la mujer termina por hacer que Jesucristo acceda a su petición y alabe su fe. Pienso que Jesús, conocedor profundo de la psicología humana sabía con quien se encontraba, sabía que esta mujer no se largaría con tanta facilidad y perseveraría en su intento, al mismo tiempo que dejó una enseñanza sobre la fe de los extranjeros a sus seguidores. Pasemos ahora de las explicaciones del texto a nuestra propia vida: ¿POR QUÉ DIOS NO RESPONDE A NUESTRAS PETICIONES? Con mucha facilidad la gente le reclama a Dios por qué no accede a sus deseos. Muchos se imagina a Dios como el genio de la lámpara de Aladino, como si Dios estuviera obligado a darles porque sí lo que desean, sin ningún tipo de compromiso con él ni con los demás. Parto del hecho de que Dios nos ama y si no accede a nuestras peticiones es por alguna de estas 7 razones. 1. NOSOTROS SABEMOS LO QUE QUEREMOS PERO DOS SABE LO QUE NOS CONVIENE Y a veces es un golpe de suerte que Dios no nos de lo que le pedimos. 2. TENEMOS QUE APRENDER ALGO DE LO QUE NOS PASA. La vida es una gran maestra, si no aprendemos una lección, nos la repite. A veces Dios espera que crezcamos en algún aspecto de nuestra vida y por eso mantiene ciertas situaciones en nuestro entorno que se convierten en verdaderas cátedras. "De la cuna a la tumba una escuela, por eso lo que nosotros muchas veces llamamos problemas, en realidad son lecciones" Facundo Cabral. En el caso del evangelio de hoy la mujer aprendió el valor de la perseverancia, los discípulos, que la fe era posible también entre los extranjeros. 3. DIOS PIENSA QUE NO SON LAS CIRCUNSTANCIAS LAS QUE TIENEN QUE CAMBIAR SINO NOSOTROS Con facilidad pensamos que son los otros los que tienen que cambiar. Queremos pedirle a Dios que haga nuestra voluntad y pocas veces le decimos "Habla Señor que tu siervo te escucha" 1 Samuel 3,9 o "Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad" Salmo 39. A veces se nos olvida que aquellos con quienes estamos obligados a convivir, ellos están también obligados a convivir con nosotros. 4. NO ES EL MOMENTO: A veces Dios nos responde que sí, otras veces que no, otras veces "espera". Dios considera por alguna razón que no es el momento. 5. NO HAS HECHO LO QUE TE CORRESPONDE: Hay una parte del milagro que nos corresponde. Dios no va a hacer por nosotros lo que nosotros tenemos que hacer por nosotros mismos. Los sirvientes pusieron el agua, Jesús la transformó en vino; los discípulos pusieron los panes, Jesús los multiplicó, los apóstoles tiraron las redes, Jesús multiplicó los peces. 6. NO CREES QUE MERECES RECIBIR Parte de la fe consiste en creer que si lo que estoy pidiendo es bueno, merezco recibirlo. La mujer del evangelio creía que merecía recibir la atención de Jesús, por eso insistió. Eso se llama autoestima. 7. DIOS TIENE ALGO MEJOR PARA TI "Mis caminos no son sus caminos ni mis planes son los suyos. Mis caminos son más grandes que sus caminos y mis planes que sus planes". Isaías 55,8-9 A veces nos quedamos tan pendientes de la puerta que se cerró que no descubrimos todas las que se han abierto. Si tus caminos parece que van de mal en peor, pídele a Dios que te muestre los suyos que siempre serán mejores. Otros planes, otros sitos, otras personas. http://padrechulalo.blogspot.com/2014/08/cuando-parece-que-dios-no-te-escucha.html

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